De esta forma ancestral explicaba la vida la sabiduría de
ciertas naciones indias de Norteamérica, especialmente tribus como los Crow o
Cheyenne. En su tradición oral desde tiempos inmemoriales conocían que habían
dos genitales distintos, hombre/mujer pero que existían cinco formas de
vivirlos: hombre con hombre, mujer con mujer, hombre con mujer, hombre con
hombre y con mujer, mujer con mujer y con hombre. Y que ninguno era mejor que otro solo distintos, que habían hombres afeminados que gustaban de ser y sentirse mujeres, y de esta forma el resto de la comunidad respetaba su deseo porque ellas eran respetuosas.
Todas las tribus de estas llamadas naciones indias (en Norteamérica
y cruzando Río Bravo la palabra “indians” ha sido aceptada de buen grado por
los nativos no así al sur donde “Indio” se considera despectivo y se usa
indígena o nativo) consideraban la vida de este modo y la respetaban muy
alejados de los sistemas patriarcales especialmente porque en muchos periodos
de la historia se adoptaron matriarcados como solución de vida. Las mujeres
nativas iban a la guerra como los hombres, el mundo gay de idéntica forma, de
modo y manera que muriendo todos por defender su gente se conceptuaba el
corazón grande en la capacidad del respeto. De esa forma también la vida
política estaba impregnada de la misma filosofía y sabemos de mujeres
legendarias que llegaron a ser grandes líderes de sus pueblos, no nos constan
jefes del mundo gay especialmente por algo, no porque no existieran sino por el
manido sentido puritano de la historia colonizadora que ha despreciado estos
testimonios ancestrales y la cultura nativa al ser tradición oral nos llega
amputada.
Las naciones indias recuerdo que han sido pioneras de la
ecología, no solo de la sabiduría de la tierra, sino aquellas que rechazaron
enormes sumas de dinero de la presidencia de Estados Unidos por la compra de
sus tierras porque explicaban ¿Quién le puede poner precio a la sombra de un
árbol o al canto de un pájaro que me levanta en las mañanas?.
La homosexualidad por tanto nunca se estigmatizó ni consideró tabú o maldita entre estos pueblos legendarios especialmente por algo, su sabiduría a la hora de acometer la vida.